Chiquita, una minivaca de tres años y de escasamente 90 centímetros, junto a su hija Nigua, de dos meses de nacida, son el centro de atención en la pista de juzgamiento donde Rashid Zeitun, propietario de Alyashira, habilitó un corral para que los niños acaricien y tengan la oportunidad de sacarse una foto con los ejemplares. La comisión por este cumplido vale Bs 20.
Además de Chiquita y Nigua, Alyashira también tiene un ‘mini hato’ de equinos que incluye, entre otros ponis, a Miguelito, Blanquita y Khalil. Los caballos tienen el propósito de pasear en su lomo a los niños por un circuito en la pista de juzgamiento. La caminata y una fotografía sobre el poni valen Bs 20.
Completan el selecto grupo de minivacunos los toros Mesi y Poseidón y las hembras Suegra, Elisheva y Alisha. Estos ejemplares comparten los corrales con los equinos en el sector pecuario del campo ferial de Fexpocruz.
La cabaña Alyashira, distante 14 kilómetros de la población de Cotoca, camino a San Lorenzo, importó la genética de Brasil.
No menos relevante y seductora es la presentación, por primera vez en una feria de pecuaria en Bolivia, de los nelores pintados Cabano y Tacuri, macho y hembra de nueve y ocho meses, respectivamente, de propiedad de Rancho La Caldera del criador Jorge Núñez del Prado.
El color del pelaje llama la atención de los espectadores que no pierden la oportunidad de una postal con los ejemplares.
Cuidadores de los animales indicaron que Cabano y Tacuri tienen sus respectivas parejas y que los cuatros forman parte de un selecto lote de animales que ingresan a puja comercial.
Otro ejemplar que se roba la mirada y los flashes de las cámaras fotográficas es Indu, el nelore más pesado de la historia de las ferias. Pesó 1.380 kilos
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