Expocruz en tiempos de Selfies

Cada año Expocruz, mediante la gran vitrina mediática y las redes sociales, muestra el de-sarrollo económico de Santa Cruz hacia el país y el mundo.

En noticiarios, revistas y programas especiales, las azafatas serán las estrellas de la tele, de manera obsesiva, mostrándolas con toda su belleza en pasarelas cortas, visitas a sets y entrevistas. Es una tendencia que no deja en segundo plano la belleza de animales de raza ni la espectacularidad visual de algunos estands.

Pero la feria tiene gratos recuerdos. Ha perdido el gran escenario de la diversión, que servía para compartir, comer y bailar al son de grupos musicales famosos, con la construcción de un nuevo pabellón. Una noche en la feria siempre culminaba en el desaparecido estand de una cervecería.

Por otro lado, ya no funciona el espacio donde se podía apreciar a la azafata sexi por excelencia, con la famosa mini de Susana Barrientos. Tampoco hay azafatas como Carla Morón que causaban furor entre los visitantes, con larguísimas colas, para sacarse una foto con las antiguas cámaras de películas.

Este año se pondrán de moda las selfies de visitantes con azafatas cuyas fotos invadirán el ‘Face’, el Twitter y el WhatsApp como parte del fenómeno cada vez más expansivo de la ‘cultura smart’. En contraste, llama la atención que el “cruceño globalizado”, mediante las nuevas tecnologías de la información y comunicación, cada día es más indiferente con sus artistas regionales y se nota una extraña euforia por artistas foráneos, convirtiéndose en facilitador de la alienación cultural.